La imprecisión para definir de los de la Ribera fue el factor determinante en el resultado. El Aurirrojo dejó escapar la chance de ser escolta de River. Más de 2.000 rosarinos, en la vuelta del público visitante, le dieron color al estadio.
No lo ganó Rosario Central, lo perdió Boca Unidos. Parece una frase hecha, pero no hay mejor forma de explicar lo que padeció el conjunto de la Ribera ante el Canalla. Fue victoria para los de Rosario por 1 a 0, con gol de Gonzalo Castillejos, que de esa forma se ubica como único escolta de River Plate cumplida la séptima fecha del torneo de la B Nacional.
El estadio del Club Huracán Corrientes fue puro color en el mediodía dominical, con una convocatoria que trajo a la retina de los muchos mayorcitos esas gloriosas jornadas de fútbol con otro representante de esta provincia: el fútbol grande de la Argentina.
En lo futbolístico, Boca Unidos y Rosario Central, dos protagonistas en esta edición del torneo de ascenso, se guardaron lo mejor para la segunda mitad. Y es que en el primer tiempo regalaron un juego mediocre, en el que se prestaron la pelota y en el que la mezquindad por ir a la ofensiva fue el común denominador. Solo con llegadas aisladas a los arcos sin mayor peligro, ninguno logró el protagonismo de un partido, dando señales de que no había espacio para arriesgar por lo que ambos equipos se jugaban, ser escoltas de River.
La única jugada real de peligro en la primera etapa fue para Central, a los 41 min con un remate desde afuera de Ricardo Gómez que Gastón Sessa desvió hacia un costado. Nada más dejaron correntinos y rosarinos, y la promesa de buen fútbol en la previa, quedó solo en eso, una promesa. Habría que esperar al complemento para ver otro partido, ese que habían prometido dos equipos que en los papeles se muestran como sólidos y hacedores de buen juego.
Llegó la segunda mitad, y en el inicio, Boca Unidos mostró otra faceta, esa que dejó ver ante rivales como Quilmes o Aldosivi jugando como local, o esas de las reacciones para dar vuelta resultados adversos vistas ante Huracán y Atlético de Tucumán como visitante. Fueron 15 minutos donde hubo un solo equipo en la cancha, una ráfaga de fútbol de Boca Unidos en la que generó cinco situaciones claras para abrir el marcador, tres de ellas en las que los tres delanteros dispuestos por la dupla técnica Claudio Marini y Luis Medero; Aldo Visconti, Gonzalo Ríos y Cristian Núñez, quedaron en un mano a mano con el arquero debutante en el Canalla, Manuel García.
A los 5 min, Cristian Devallis dio inicio a una jugada que derivó en los pies de Núñez dentro del área, el Negro sacó una de “futsal”, pisando la pelota, eliminando su marca y quedando solo ante el arquero García, pero no estuvo preciso en la definición y la pelota salió a centímetros del poste izquierdo del arquero visitante. A los 10 min Núñez devolvió gentilezas y habilitó peinando la pelota tras un centro a Visconti para que nuevamente solo, el grandote chaqueño encuentre un hueco para vencer a García, pero otra vez se fue afuera. Dice el dicho popular que la tercera es la vencida, y llegó a los 12 min nuevamente Devallis, hilvanó la jugada con centro a Visconti que peinó el balón para dejar habilitado, solo y con todo el arco a disposición a Gonzalo Ríos. El juvenil dilapidó la tercera chance consecutiva ante el arquero rosarino, y la cuestión ya era preocupante, de lamentos en las tribunas y en el banco local. Pero Boca siguió yendo, y de nuevo el lungo Visconti encontró un centro desde la derecha que se fue por arriba del travesaño.
Los conocedores del fútbol, dicen, sostienen y argumentan que las situaciones erradas en el arco de enfrente, terminan siendo gol en el arco propio. Y así fue. Rosario Central salió del agobio que le impuso Boca Unidos, logró redondear un contraataque que cayó en los pies de Julio Mozzo por el sector derecho del ataque visitante, sacó un centro rasante que cruzó el área de lado a lado hasta encontrar a Gonzalo Castillejos, quien no tuvo más que empujarla. Iban 19 min, había gol y fiesta para los más de 2.000 hinchas de Central que llegaron a Corrientes. Sin merecerlo, el equipo de Juan Antonio Pizzi estaba logrando más de lo que vino a buscar o por lo menos más de lo que se merecía.
Boca intentó por todos los medios llegar al empate, pero recayó en la obviedad e hizo fácil la función de los defensores de Central. Los de la Ribera necesitaban aire fresco, para buscar la variante y porque además varios jugadores daban señales de cansancio, pero llamativamente los cambios se retrasaron y mucho. Los ingresos de Jonatan Benítez y Alejandro Toledo, entre los 39 y a los 44 minutos, no sirvieron para revertir el resultado en contra y Boca Unidos dejó escapar la chance de ponerse a tiro de la punta. Lo perdió Boca Unidos, no lo ganó Rosario Central, pero en el fútbol no hay merecimientos y como los propios técnicos admitieron habrá que trabajar y mucho en la definición en el arco de enfrente.
La Republica
No lo ganó Rosario Central, lo perdió Boca Unidos. Parece una frase hecha, pero no hay mejor forma de explicar lo que padeció el conjunto de la Ribera ante el Canalla. Fue victoria para los de Rosario por 1 a 0, con gol de Gonzalo Castillejos, que de esa forma se ubica como único escolta de River Plate cumplida la séptima fecha del torneo de la B Nacional.
El estadio del Club Huracán Corrientes fue puro color en el mediodía dominical, con una convocatoria que trajo a la retina de los muchos mayorcitos esas gloriosas jornadas de fútbol con otro representante de esta provincia: el fútbol grande de la Argentina.
En lo futbolístico, Boca Unidos y Rosario Central, dos protagonistas en esta edición del torneo de ascenso, se guardaron lo mejor para la segunda mitad. Y es que en el primer tiempo regalaron un juego mediocre, en el que se prestaron la pelota y en el que la mezquindad por ir a la ofensiva fue el común denominador. Solo con llegadas aisladas a los arcos sin mayor peligro, ninguno logró el protagonismo de un partido, dando señales de que no había espacio para arriesgar por lo que ambos equipos se jugaban, ser escoltas de River.
La única jugada real de peligro en la primera etapa fue para Central, a los 41 min con un remate desde afuera de Ricardo Gómez que Gastón Sessa desvió hacia un costado. Nada más dejaron correntinos y rosarinos, y la promesa de buen fútbol en la previa, quedó solo en eso, una promesa. Habría que esperar al complemento para ver otro partido, ese que habían prometido dos equipos que en los papeles se muestran como sólidos y hacedores de buen juego.
Llegó la segunda mitad, y en el inicio, Boca Unidos mostró otra faceta, esa que dejó ver ante rivales como Quilmes o Aldosivi jugando como local, o esas de las reacciones para dar vuelta resultados adversos vistas ante Huracán y Atlético de Tucumán como visitante. Fueron 15 minutos donde hubo un solo equipo en la cancha, una ráfaga de fútbol de Boca Unidos en la que generó cinco situaciones claras para abrir el marcador, tres de ellas en las que los tres delanteros dispuestos por la dupla técnica Claudio Marini y Luis Medero; Aldo Visconti, Gonzalo Ríos y Cristian Núñez, quedaron en un mano a mano con el arquero debutante en el Canalla, Manuel García.
A los 5 min, Cristian Devallis dio inicio a una jugada que derivó en los pies de Núñez dentro del área, el Negro sacó una de “futsal”, pisando la pelota, eliminando su marca y quedando solo ante el arquero García, pero no estuvo preciso en la definición y la pelota salió a centímetros del poste izquierdo del arquero visitante. A los 10 min Núñez devolvió gentilezas y habilitó peinando la pelota tras un centro a Visconti para que nuevamente solo, el grandote chaqueño encuentre un hueco para vencer a García, pero otra vez se fue afuera. Dice el dicho popular que la tercera es la vencida, y llegó a los 12 min nuevamente Devallis, hilvanó la jugada con centro a Visconti que peinó el balón para dejar habilitado, solo y con todo el arco a disposición a Gonzalo Ríos. El juvenil dilapidó la tercera chance consecutiva ante el arquero rosarino, y la cuestión ya era preocupante, de lamentos en las tribunas y en el banco local. Pero Boca siguió yendo, y de nuevo el lungo Visconti encontró un centro desde la derecha que se fue por arriba del travesaño.
Los conocedores del fútbol, dicen, sostienen y argumentan que las situaciones erradas en el arco de enfrente, terminan siendo gol en el arco propio. Y así fue. Rosario Central salió del agobio que le impuso Boca Unidos, logró redondear un contraataque que cayó en los pies de Julio Mozzo por el sector derecho del ataque visitante, sacó un centro rasante que cruzó el área de lado a lado hasta encontrar a Gonzalo Castillejos, quien no tuvo más que empujarla. Iban 19 min, había gol y fiesta para los más de 2.000 hinchas de Central que llegaron a Corrientes. Sin merecerlo, el equipo de Juan Antonio Pizzi estaba logrando más de lo que vino a buscar o por lo menos más de lo que se merecía.
Boca intentó por todos los medios llegar al empate, pero recayó en la obviedad e hizo fácil la función de los defensores de Central. Los de la Ribera necesitaban aire fresco, para buscar la variante y porque además varios jugadores daban señales de cansancio, pero llamativamente los cambios se retrasaron y mucho. Los ingresos de Jonatan Benítez y Alejandro Toledo, entre los 39 y a los 44 minutos, no sirvieron para revertir el resultado en contra y Boca Unidos dejó escapar la chance de ponerse a tiro de la punta. Lo perdió Boca Unidos, no lo ganó Rosario Central, pero en el fútbol no hay merecimientos y como los propios técnicos admitieron habrá que trabajar y mucho en la definición en el arco de enfrente.
La Republica
No hay comentarios:
Publicar un comentario